martes, 12 de junio de 2012

Leavin' on a jet plane, don't know when I'll be back again

2 horas me quedan en esta casita, y 6 en este país. Recién ahora me está entrando una inmensa tristeza por finalmente despedirme de todo sin saber cuándo voy a poder volver. Espero que pronto, si el dios de los pasajes de avión quiere. Tiene algo de bizarro hacer tareas cotidianas como lavar los platos y limpiar el baño durante las últimas horas que uno tiene en su casa. Supongo que será porque en las mudanzas se suele vaciar todo, y la casa que te queda durante tus últimas horas en ella no es la mism de siempre, sino una pelada, fría, sin vida. Esta casa sigue con vida, más precisamente la de mi esposo quien se va a quedar acá un tiempito más solo. Eso también me provoca una gran tristeza. Saber que van a pasar poco menos de 2 meses sin que lo vea.

Pero todo es así en la vida - la felicidad por seguir adelante y crear historias nuevas se mezcla con la nostalgia por lo viejo que se está dejando atrás. Es como cualquier viaje de los muchos que hice en estos 5 años...primero se siente la amargura provocada por las despedidas, y después se siente la dulzura de que te reciban todos con una amplia sonrisa y tanto amor del otro lado. Los viajes siempre son así, agridulces.

 Hasta luego Buenos Aires!~

3 comentarios:

  1. ¡Qué buena descripción para el sabor de lasd despedidas! Lo mejor para la parte dulce que te queda por delante. Buen viaje.

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  2. Emocionante tu post. Te deseo lo mejor...siempre.

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  3. Hola litel,
    qué pasa con los posts que se hacen esperar?? :p

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